Vamos hacer una definición de "nuestra vida". Hemos visto que es un hallarse
ocupándose en esto o lo otro, un hacer. Pero todo hacer es ocuparse en
algo para algo. La ocupación que somos ahora radica en y surge por un
propósito -en virtud de un para, de lo que vulgarmente se llama una
finalidad. Ese para en vista del cual hago ahora esto y en este hacer
vivo y soy, lo he decidido yo porque entre las posibilidades que ante mí
tenía he creído que ocupar así mi vida sería lo mejor. Cada una de
estas palabras es una categoría y como tal su análisis sería inagotable.
Resulta según ellas que mi vida actual, la que hago o lo que hago de
hecho, la he decidido: es decir, que mi vida antes que simplemente hacer
es decidir un hacer -es decir mi vida. Nuestra vida se decide a sí
misma, se anticipa. No nos es dada hecha -como la trayectoria de la bala
a que aludí el día anterior. Pero consiste en decidirse porque vivir es
hallarse en un mundo no hermético, sino que ofrece siempre
posibilidades. El mundo vital se compone en cada instante para mí de un
poder hacer esto o lo otro, no de un tener que hacer por fuerza esto y
solo esto. Por otra parte, esas posibilidades no son ilimitadas -en tal
caso no serían posibilidades concretas, sino la pura indeterminación, y
en un mundo de absoluta indeterminación, en que todo es igualmente
posible, no cabe decidirse por nada. Para que haya decisión tiene que
haber a la vez limitación y holgura, determinación relativa. Esto
expreso con la categoría "circunstancias". La vida se encuentra siempre
en ciertas circunstancias, en una disposición en torno -circum- de las
cosas y demás personas. No se vive en un mundo vago, sino que el mundo
vital es constitutivamente circunstancia, es este mundo, aquí, ahora. Y
circunstancia es algo determinado, cerrado, pero a la vez abierto y con
holgura interior, con hueco o concavidad donde moverse, donde decidirse:
la circunstancia es un cauce que la vida se va haciendo dentro de una
cuenca inexorable. Vivir es vivir aquí, ahora -el aquí y el ahora son
rígidos, incanjeables, pero amplios. Toda vida se decide a sí misma
constantemente entre varias posibles. Astra inclinant, non trahunt -los
astros inducen pero no arrastran. Vida es, a la vez, fatalidad y
libertad, es ser libre dentro de una fatalidad dada. Esta fatalidad nos
ofrece un repertorio de posibilidades determinado, inexorable, es decir,
nos ofrece diferentes destinos. Nosotros aceptamos la fatalidad y en
ella nos decidimos por un destino. Vida es destino. Espero que nadie
entre los que me escuchan crea necesario advertirme que el determinismo
niega la libertad. Si, lo que no creo, me dijese esto, yo le respondería
que lo siento por el determinismo y por él. El determinismo, en el
mejor caso es, más exactamente, era una teoría sobre la realidad del
Universo. Aunque fuese cierta no era más que una teoría, una
interpretación, una tesis conscientemente problemática que era preciso
probar. Por lo tanto, aunque yo fuese determinista no podría dejar que
esa teoría ejerciese efectos retroactivos sobre la realidad primaria e
indubitable que ahora describimos. Por muy determinista que sea el
determinista, su vivir como tal es relativamente indeterminado y él se
decidió en un cierto momento entre el determinismo y el indeterminismo.
Traer, pues, en este plano esa cuestión equivaldría a no saber bien lo
que es el determinismo ni lo que es el análisis de la realidad
primordial, antes de toda teoría. Ni se eche de menos que al decir yo:
la vida es, a la par, fatalidad y libertad, es posibilidad limitada pero
posibilidad, por tanto, abierta, no se eche de menos que razone esto
que digo. No solo no puedo razonarlo, es decir, probarlo, sino que no
tengo que razonarlo -más aún, tengo que huir concienzudamente de todo
razonar y limitarme pulcramente a expresar en conceptos, a describir la
realidad originaria que ante mí tengo y que es supuesto de toda teoría,
de todo razonar y de todo probar. (Descripción de este teatro.) A
prevenir tristes observaciones, como esta que no quiero suponer en
ustedes, venía la advertencia demasiado elemental que al principio hice.
Y ahora -entre paréntesis- me permito hacer notar que la teoría
determinista, así, sin más -hoy no existe ni en filosofía ni en física.
Para apoyarme al paso en algo, a la vez, sólido y breve, óigase lo que
dice uno de los mayores físicos actuales -el sucesor y ampliador de
Einstein, Hermann, Weyl- en un libro sobre lógica de la física publicado
hace dos años y medio: "De todo lo dicho se desprende cuán lejos está....
Filósofos presocráticos
El arte de hacer nacer o arte de dar a luz (al humano pensador)
miércoles, 21 de agosto de 2013
domingo, 4 de agosto de 2013
Friedrich Nietzsche
Friedrich Nietzsche y su nueva filosofia
La muerte de Dios. El análisis de la trayectoria del pensamiento y la cultura occidentales le llevará a Nietzsche a constatar la muerte de Dios. Dios había sido la brújula del hombre occidental. Pero el hombre ha ido matando a Dios sin darse cuenta, expulsándolo poco a poco de su pensamiento y de su cultura. Al descubrir la muerte de Dios el hombre queda desorientado, su vida pierde el sentido.
La muerte de Dios es, en realidad, la muerte del monoteísmo cristiano y de la metafísica dogmática, para quienes sólo hay un Dios y una verdad. Y el responsable de ello es el hombre. Al cobrar conciencia de ello el hombre sustituye a ese Dios y a esa verdad única por múltiples dioses y múltiples verdades, en un intento desesperado por salvar los valores asociados a esa imagen de Dios. Pese a ello, con la caída del Dios y de la metafísica tradicionales los valores asociados a ellos no pueden subsistir, no encuentran justificación trascendental alguna y, carentes de fundamentación, serán el blanco de las críticas más exacerbadas y negados como valores. El ateísmo conduce, pues, al nihilismo.
El nihilismo. El nihilismo es el proceso que sigue la conciencia del hombre occidental y que quedaría expresado en estos tres momentos:
1)
El nihilismo como resultado de la negación de todos los valores vigentes: es el resultado de la duda y la desorientación.2)
El nihilismo como autoafirmación de esa negación inicial: es el momento de la reflexión de la razón.-
3)
El nihilismo como punto de partida de una nueva valoración: es el momento de la intuición, que queda expresada en la voluntad de poder, en quien se expresa a su vez el valor de la voluntad.
viernes, 2 de agosto de 2013
Descartes uno de los filosofo que mas admiro
La primera verdad: "Pienso, existo"
1.
Comienza Descartes las "Meditaciones metafísicas" planteando la situación en la que él personalmente se encuentra respecto al conocimiento. Habiendo hallado, en el que creía poseer, más motivos de duda que de certeza, se propone investigar a fondo la cuestión, a fin de determinar si hay algo verdadero en el mundo y, en caso contrario, al menos tendrá la certeza de que no hay en absoluto ninguna verdad. El método que se propone aplicar se basa en la duda, de modo que considerará falso todo aquello en lo que se encuentre el menor motivo de duda; no se trata, pues, de que Descartes se convierta en un escéptico: se trata de la llamada "duda metódica" (o también "hiperbólica", por lo exagerado, a veces, de la misma) que, como veremos, conducirá al dogmatismo.2.
Correlativamente a la aplicación de la duda como método de investigación subraya Descartes la búsqueda de la certeza como su objetivo. Considera que un conocimiento, para ser tomado como verdadero, ha de poseer la característica de la certeza, que viene a significar una especie de seguridad en la verdad del conocimiento. Para poner un ejemplo, a todos nos parece verdadera la proposición 2 + 2 = 4; pues bien, Descartes exigirá además que estemos seguros de la verdad de esa proposición para poder considerarla como un conocimiento verdadero. La certeza viene a significar, pues, la seguridad en la verdad de nuestros conocimientos. Por consiguiente, la menor sombra de duda hará desaparecer esa certeza y Descartes considerará necesario asimilar dicho conocimiento a un conocimiento falso. Habrá que examinar, pues, si lo que hemos tomado hasta ahora por conocimientos verdaderos poseen o no esa característica, y pueden o no ser sometidos a duda. No será necesario examinarlos todos; bastará examinar los principios en que se fundan y, del mismo modo que un edificio se derrumba si fallan sus cimientos, el edificio del saber se derrumbará si los principios en que se funda resultaran ser dudosos.1. La duda
1.1
Descartes dedicará la primera meditación a examinar los principales motivos de duda que pueden afectar a todos sus conocimientos.miércoles, 24 de julio de 2013
La muerte
La muerte la esplica muy bien Fernando Savater en su libro Las preguntas de la vida, Ed. Ariel
- y dice asi :
Recuerdo muy bien la primera vez que comprendí de veras que antes o después tenía que morirme. Debía andar por los diez años, nueve quizá, eran casi las once de una noche cualquiera y estaba ya acostado. Mis dos hermanos, que dormían conmigo en el mismo cuarto, roncaban apaciblemente. En la habitación contigua mis padres charlaban sin estridencias mientras se desvestían y mi madre había puesto la radio que dejaría sonar hasta tarde, para prevenir mis espantos nocturnos. De pronto me senté a oscuras en la cama: ¡yo también iba a morirme!, ¡era lo que me tocaba, lo que irremediablemente me correspondía!, ¡no había escapatoria! No sólo tendría que soportar la muerte de mis dos abuelas y de mi querido abuelo así como la de mis padres, sino que yo, yo mismo, no iba a tener más remedio que morirme. ¡Qué cosa tan rara y terrible, tan peligrosa, tan incomprensible, pero sobre todo qué cesa tan irremediablemente personal! A los diez años cree uno que todas las cosas importantes sólo les pueden pasar a los mayores: repentinamente se me reveló la primera gran cosa importante —de hecho, la más importante de todas— que sin duda ninguna me iba a pasar a mí. Iba a morirme, naturalmente dentro de muchos, muchísimos años, después de que se hubieran muerto mis seres queridos (todos menos mis hermanos, más pequeños que yo y que por tanto me sobrevivirían), pero de todas formas iba a morirme. Iba a morirme yo, a pesar de ser yo. La muerte ya no era un asunto ajeno, un problema de otros, ni tampoco una ley general que me alcanzaría cuando fuese mayor, es decir: cuando fuese otro. Porque también me di cuenta entonces de que cuando llegase mi muerte seguiría siendo yo, tan yo mismo como ahora que me daba cuenta de ello. Yo había de ser el protagonista de la verdadera muerte,
¿Como empezó todo?
Todo comenzó,
con la pregunta y no podía haber sido otra sino el ¿porque? , ese fue el
comienzo de mi vida en la filosofía, recuerdo que fue el tercer día de
clase de filosofía, cuando pregunto la profesora.
- ¿quien es una buena persona?
A lo cual yo respondí.
- una buena persona es aquella que ayuda a los demás.
Ella me dijo.
- ¿porque? , ¿Si no ayuda a los demás es mala?
Todavía sigo reflexionando sobre lo mismo
- las personas tímida o sea las que son pasivas, son acaso malas por el mero hecho de no hacer nada.
- Alguien que roba para darle de comer al que tiene hambre, será mala persona para el robado no para el que tiene hambre.
- Hay mucho debate en este tema........deja tu opinión
- ¿quien es una buena persona?
A lo cual yo respondí.
- una buena persona es aquella que ayuda a los demás.
Ella me dijo.
- ¿porque? , ¿Si no ayuda a los demás es mala?
Todavía sigo reflexionando sobre lo mismo
- las personas tímida o sea las que son pasivas, son acaso malas por el mero hecho de no hacer nada.
- Alguien que roba para darle de comer al que tiene hambre, será mala persona para el robado no para el que tiene hambre.
- Hay mucho debate en este tema........deja tu opinión
martes, 23 de julio de 2013
La libertad
Entre las principales preocupaciones de la filosofía ha figurado el desafío planteado por el concepto de libertad y su plasmación social y política. ¿Por qué a los filósofos les ha preocupado el problema de la libertad? ¿Por qué la libertad es la cuestión más importante que debe tratar un filósofo? La mejor manera de responder con claridad a esas preguntas es examinar las consecuencias que comporta dejar de lado el tema de la libertad.
No hace falta decir que la libertad es la fuerza creadora que subyace tras el pensamiento filosófico, del mismo modo que la filosofía contribuye a la comprensión y la evolución del concepto de libertad. En consecuencia, los filósofos han intentado comprender la libertad de la forma más exhaustiva y crítica que han podido, no solo haciendo una aportación a su definición, sino a su propia materialización. "De ninguna idea se sabe de manera tan general que es indeterminada, ambigua y susceptible de los más grandes malentendidos (de los que, por tanto, es realmente víctima) como de la idea de libertad, y ninguna otra circula con tanta inconsciencia". Esta afirmación de Hegel es tan certera hoy en día como cuando él la hizo, hace casi 200 años.
El concepto de libertad no solo se ha entendido deficientemente sino que también se ha utilizado de manera enormemente abusiva. Esta doble problemática de la libertad pone sobre el tapete de cualquier debate filosófico tanto la idea de que la propia filosofía constituye una lucha por la libertad como la de que una parte importante del hecho de ser libre radica en pensar de manera filosófica. Como se puede ver, el problema de la libertad se plantea siempre que se aborda la propia naturaleza del cuestionamiento filosófico. Si el objetivo de la naturaleza de dicho cuestionamiento es reflexionar sobre el concepto de libertad, para que los seres humanos puedan avenirse a ella, de alguna manera habrá que explicar que estos hayan llegado a abandonar ese cuestionamiento y cómo sería posible recuperarlo. Dicho de otro modo, la filosofía no es solo una forma de cuestionar el concepto de libertad y sus aplicaciones sociales y políticas, también es una forma de pensar y de interrogarse sobre la falta de libertad. El hecho de que el problema de la libertad y el del cuestionamiento filosófico se enmarquen mutuamente apunta a la posibilidad de que ambos sean elementos complementarios de un problema más profundo: ¿de qué manera la acción humana o la experiencia humana de la política se ven determinadas por ese entrecruzamiento entre filosofía y libertad?
Quizá, en lugar de coincidir con Kant y con Sartre en que nuestra humanidad reside en nuestra libertad *, debamos reconocer que la creación política comporta una tensión permanente entre la institucionalización de la libertad y el cuestionamiento filosófico. De este modo, seremos libres para pensar en tanto en cuanto podamos optar por un examen más amplio del propio proceso intelectual. En consecuencia, en el proyecto que nos lleva a cuestionar y desafiar la realidad imaginable y materializable, podemos decir que la libertad es un gemelo no idéntico de la filosofía.
* Un ejemplo muy sencillo para explicar que la humanidad reside en nuestra libertad, es en que un animal no hace huelga de hambre en cambio una persona si es libre para hacerla.
Otro ejemplo es el de un hormiguero que es atacado por un oso
hormiguero y salen las hormigas guerreras a defender el hormiguero a pesar de
que le cueste la vida ¿son valiente estas hormigas? pues no , en cambio
cuando Aquiles va a retar a Héctor y este acude ¿es valiente Héctor? pues sí,
Héctor pudo poner una escusa o haber salido huyendo, (las hormigas no).
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